Tengo la costumbre de, cuando estoy nervioso, enojado, molesto, ofuscado o triste, ponerme a ordenar, limpiar, hacer tareas, actividades. Esto lo hago porque lo uso para canalizarme por ahí y que nadie me tenga que sufrir, y además para tener mi cabeza ocupada, para no pensar. La lástima es que no tengo mucho éxito con esto ultimo.
Hace unos días me puse a ordenar mi habitación para olvidarme de un asunto que ya no sabia como controlar. Estaba tan frenético que me dispuse a reorganizar mi cuarto y hacerlo mas habitable y estético.
Me obsesioné con ordenarlo, reubiqué prácticamente todo, y cuando me acosté a dormir, me quede pensando en como podía reubicar lo que no moví.
Ya que a mi vida le falta un orden, por lo menos tener mi ambiente ordenado.
Del Negro Nicolás.
14-06-10 12:00 Hs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario